Entrada trece: En mi casa había una planta que daba flores, pero un día agarró una plaga

En mi casa había una planta que daba flores, pero un día agarró una plaga

Carolina A.

Entrada trece:

En mi casa había una planta que daba flores.

Unas flores moradas, parecían campanitas.

Pero un día agarró una plaga.

Mi mamá insistía e insistía en que la solución era cortarla, matarla de raíz, para evitar que la plaga se siguiera propagando.

Por mi parte, yo la veía y pensaba que la solución tenía que ser menos radical; que seguramente era cuestión de un par de gotas de vinagre blanco, tal vez el agua de un ajo o la ralladura de un limón para ayudarla.

Pero un día volví a casa y encontré la planta mutilada: solo ramitas y rastros de hojitas quedaron en la maceta.

No se habló del tema, no se dijo nada. Las decisiones se habían tomado y era hora de seguir adelante.

Así que seguimos viviendo, siguió el trabajo, siguió la vida…

Y un día la planta volvió a crecer.

Nuevamente vimos las campanitas moradas y nos alegramos por las mañanas, cuando sentimos que ella había vuelto a vivir, que lo había superado.

Pero hoy, mientras endulzaba el primer café de la mañana, noté nuevamente aquellas bolitas blancas en sus hojas.

Había vuelto la plaga.

Fue inevitable decir en voz baja:

Nojoda, no había que matar la mata.