Entrada siete: Evasión
Katya
3/11/2025

Hubo un tiempo en que evadí sentarme y mirarme desnuda frente al espejo.
Evadí preguntarme quién era y qué me gustaba, porque tenía miedo de que la respuesta fuera lo que en el fondo ya sabía: "No sé. No sé quién soy, no sé qué me gusta, tampoco cuáles son mis pasiones."
Lo único que tenía claro, era que era el caparazón de una mujer envuelto en el eco de las voces de mi madre, de mi padre, de familiares, de parejas fallidas, de amigos y del ruido incesante de la sociedad.
Y al evitarme, viví todas las vidas que no eran mías en el intento de encontrarme en las supuestas cosas del "deber ser". Aunque nunca les encontré sentido, intenté con todas mis fuerzas —aun sin darme cuenta de que la fuerza es una de mis virtudes más grandes— encajar, comprender, amoldarme a esa infame palabrita llamada "expectativa".
Afortunadamente, esos fueron mis pasados, y hubo un momento en el que el ruido cesó. Me quedé sin la persecución de las expectativas, pero también me quedé sin nada. En la nada. Y me gusta.
Aprendí a ser en la vacuidad, porque en esa gran nada tengo el espacio para crear todo lo que se me ocurra.
Así que, respondiendo la pregunta:
Yo
simplemente
soy.


Entrada siete: Evasión
Katya
11/03/2025

